El post de esta semana lo voy a
dedicar a la comunicación no verbal.
Esta es muy importante porque acompaña a lo que explicamos con palabras, es
decir, al discurso, que es uno de los elementos que hay que tener muy en cuenta
cuando se va a hablar en público en cualquier acto o evento. Por esto, tenemos
que tener mucho cuidado con este tipo de comunicación, debiendo ser controlada
en todo momento, ya que en muchas ocasiones con la comunicación verbal se dice
una cosa y con la no verbal se cuenta otra distinta, lo que confunde, hace
dudar y aleja al receptor del mensaje. Para evitar esta contraposición entre el
lenguaje verbal y el no verbal hay que ensayar mucho, algo que es muy
importante, y estar tranquilos a la hora de dar el discurso, pues estos dos consejos
nos ayudarán bastante a transmitir el mensaje adecuadamente y a que nuestros
gestos, movimientos, miradas, etc.; vayan en concordancia con el mismo.
La comunicación no verbal se puede
definir como aquella que se efectúa según un código lingüístico conocido por
dos o más interlocutores. Es el proceso de comunicación a través del cual se
envían y reciben signos o cualquier otro indicio sin utilizar las palabras.
Esta comunicación no tiene estructura sintáctica, pero se ha investigado mucho
sobre ella, lo que ha permitido su análisis según los significados que se le
dan a esos signos utilizados.
Dentro de la comunicación no verbal existen determinados factores que se incluyen dentro de diversas disciplinas:
- Paralingüística. Son aquellos factores asociados al lenguaje verbal, como son el tono, el ritmo, el volumen de la voz, los silencios o el timbre. Es decir, ciertas características que no se pueden considerar verbales porque dependen del emisor, de sus emociones o de sus intenciones a la hora de transmitir cualquier mensaje.
- Kinesia. También llamada kinesis, que es la disciplina que analiza la expresión facial, la mirada, la postura, los gestos y los movimientos del cuerpo.
- Proxémica. Es la disciplina cuyo objetivo es el análisis de la percepción del espacio personal y social por parte del ser humano a la hora de comunicarse verbalmente.
Estas son las tres disciplinas
principales de este tipo de lenguaje comunicativo. Sin embargo, también se debe
incluir la imagen personal, que no solo se refiere a la vestimenta, sino
también al conjunto de rasgos físicos de la persona, el estilo de caminar, la
forma de mirar, etc. Este factor también hay que tenerlo muy en cuenta porque
también dice mucho de cada uno. Por este motivo, hay que saber diferenciar
entre la imagen que transmitimos en nuestra vida privada con la que se
transmite en el ámbito profesional.
Esquema de la comunicación no verbal |
Por otro lado, existe una categorización de la comunicación no verbal propuesta por Paul Ekman y Wallace Friesen, pioneros investigadores de
categorías de la comunicación no verbal, que divide este lenguaje comunicativo
en cinco grandes apartados:
- Emblemas. Son palabras o frases admitidas por todos los miembros de algún grupo o colectivo de personas. Además, estos son capaces de sustituir una frase o palabra completa. Por ejemplo: el gesto del puño con el pulgar hacia arriba, para indicar afirmación o positividad, o con el pulgar hacia abajo, para negar.
- Ilustradores. Son gestos unidos al lenguaje verbal que tienen la función de reforzar lo que se está diciendo mediante las palabras. Por ejemplo: cuando vamos enumerando con los dedos los puntos que estamos diciendo.
- Reguladores. Son actos cuya función es la de organizar o dirigir la conversación que esté teniendo lugar entre dos o más personas. Por ejemplo: gestos para indicar a nuestro interlocutor que es su turno, que continúe o que avance con la conversación.
- Adaptadores. Son movimientos, gestos o acciones que se realizan de forma inconsciente para conducir los sentimientos o controlar las respuestas. Son gestos aprendidos desde la infancia que ayudan a las personas a adaptarse, es decir, son gestos más culturales. Por ejemplo: bostezar, con lo que mostramos cansancio o aburrimiento.
- Muestras de afecto. Son todas aquellas configuraciones faciales o corporales que sirven para expresar estados emocionales y de ánimo. Son gestos más universales y viscerales. Por ejemplo: gestos de sorpresa, de alegría, de miedo, etc.
Antes de terminar, quiero enseñaros
un vídeo en el que Teresa Baró,
experta en comunicación personal, habla de este lenguaje no verbal diciendo que
si tenemos conciencia de los gestos que realizamos sabemos lo que estamos
diciendo con ellos, controlando así la comunicación y el discurso que estemos
dando. Además, se refiere en la mayor parte del vídeo a dos de las categorías que
he comentado: los ilustradores y los adaptadores, aunque no menciona nada de
las demás.
Como habréis podido comprobar,
Teresa Baró corrobora en este vídeo algunas de las cuestiones que he comentado
en este post, como la importancia de ensayar y estar tranquilos para hablar en
público y controlar la comunicación no verbal, y la explicación de lo que son
los adaptadores y los ilustradores. Además, menciona otros datos que también
pueden ser de ayuda y con los que estoy de acuerdo, como el consejo de utilizar
el atril como punto de apoyo para conseguir cierta seguridad, y que nuestra
comunicación verbal va a depender también de nuestra cultura, nuestros hábitos
familiares, la situación, etc.; explicando que generalmente en situaciones
formales se gesticula menos que en situaciones sociales. Esto puede resultar
obvio, ya que nuestra forma de comunicar depende mucho de nuestra personalidad,
la cual está influenciada por la cultura y los hábitos, así como por las situaciones
que vamos viviendo. Pero, aparte de todo esto, hay ciertas afirmaciones de Baró
que me gustaría comentar. En primer lugar, lo que dice de que normalmente no se
sabe qué hacer con las manos, diciendo que un truco es empezar a hablar con las
manos juntas y, a raíz de ahí, empezar con la gesticulación acompañando lo que
decimos. Sinceramente creo que esa forma de empezar parece un poco forzada y
artificial. Desde mi punto de vista, lo mejor sería: o ir directamente a
sujetarse al atril para conseguir esa sensación de seguridad mencionada y, una
vez que empecemos el discurso, mover las manos según vaya conviniendo; o bien
llevar un bolígrafo o lápiz que nos mantenga las manos ocupadas, aunque también
controlando un poco no estar meneando el objeto demasiado, pues nos puede hacer
parecer nerviosos. Y, en segundo lugar, también quería comentar lo referente a
los gestos que hacen ver las mentiras, pues comenta que hay muchas
investigaciones al respecto pero nada en claro, pese que hay gestos que sí
delatan duda, nerviosismo o incomodidad. Para mí, hay interpretaciones de los
gestos que delatan las mentiras que incluso me hacen gracia. Por ejemplo, en
una de mis asignaturas del cuatrimestre pasado se habló de la posición de la
mirada al mentir, y se dijo que si una persona al hablar levanta la mirada
hacia la izquierda es porque está mintiendo, mientras que si lo hace hacia la
derecha quiere decir que está recordando una situación. Verdaderamente creo que
esto es algo exagerado y, pese a que hay expertos que lo confirman, en mi
opinión esto puede ser simplemente un acto reflejo de la persona y no tiene por
qué significar que mienta o no. Es cierto que, como dice Baró, hay gestos que
claramente hacen ver que una persona está dudando, nerviosa o incomoda, pero lo
de la mentira creo que es algo que no se puede saber tan claramente, pues
incluso hay estudios que lo confirman.
En definitiva, la comunicación no verbal es un tema que puede generar un gran debate, pues estamos hablando de expresiones psicológicas que transmiten lo que sentimos o pensamos y existen muchas opiniones al respecto: las que cuentan los diferentes autores y profesionales del ámbito según sus puntos de vista sobre el tema, las que tiene cada persona de forma particular, etc.
Y vosotros, ¿qué pensáis?